lunes, febrero 22, 2016

NO VOLEM TTIP



La Nueva Izquierda surgida tras la caída del Muro y la Gran Recesión de 2008 se  aglutina  ideológicamente en torno a dos polos. Uno de ellos son los movimientos antiglobalización. Están totalmente en contra del Tratado Trasatlántico de Comercio e Inversión (TTIP en Inglés), porque liberaliza más aún el comercio de mercancías y capitales entre EEUU y la UE, pero no exige la igualdad de derechos sociales y salariales, ni de controles medioambientales, pero sigue bloqueando la libre circulación de mano de obra entre los dos bloques. Es otro tratado más que aumenta la globalización y el dumping social. Seguimos profundizando en el modelo “iPhone”: se fabrican en Taiwan con gente que trabaja 12 horas al día, se diseñan en California con ingenieros con sueldos elevados, mientras el beneficio se queda guardado en paraísos fiscales. Este modelo provoca cada vez más desequilibrios financieros, sociales y medioambientales. 



El otro polo en torno al cual se aglutinan es la defensa de las culturas locales y tradicionales. Es una izquierda que protege el patrimonio, el folclore, las formas de vida rurales. Cuando gobierna, prohibe nuevas autopistas, bloquea planes urbanísticos, niega licencias hoteleras. Están en contra de la llegada del AVE (por ejemplo Bildu y Nafarroa Bai votaron en contra de una resolución que apoyaba la llegada del AVE a Pamplona). Es un movimiento cultural, de ahí su fuerza, que se asienta sobre todo en las lenguas vernáculas locales, usadas para construir un muro de contención que proteja el mundo rural  del pasado frente a la cultura globalizada anglo-americana. Por último, a estos ingredientes se le añade uno fundamental:  la Ideología de Género, un  neomarxismo donde el motor de la historia ya no es la lucha de clases entre proletarios y capitalistas, sino entre hombre y mujer, donde el varón es la clase explotadora que durante milenios ha sometido a la mujer. Ese varón machista, violento, debe ser sustituido por un matriarcado sin hijos, una arcadia rural  con un abuelito-dime-tú y vacas, lejos del asqueroso Mc Donalds. Por tanto, el fenómeno de las Mareas, Compromis, Nafarroa Bai, etc, no es algo casual, aislado. Y Pablo Iglesias sabe perfectamente donde se cruzan los caminos del nuevo nacionalismo de izquierdas rural y la izquierda tradicional: en Podemos que no es un partido, sino un movimiento. Han llegado para quedarse. Los únicos que se han opuesto con un relato bien construido, son Ciudadanos, que como su nombre indica, son chicos de ciudad, poliglotas, que saben muy bien de que pasta está hecho este nuevo movimiento antiglobal y nacionalista de nuevo cuño. A la derecha de Ciudadanos, sólo se dedican a hacerle palmas al jefe, creyendo que sus votos están seguros en su mayoría porque la gente no tiene a quien votar. Pero el edificio social se mueve. El PP va a sufrir un shock, y como sigan así, una larga temporada en la reserva.

Claudio Martínez Möckel

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